COMBUSTIÓN HUMANA

Ocurrió a las afueras de Verona en Italia en el año de 1731, la condesa Cornelia Bandi de 62 años según los registros médicos fue la primera persona convertida en cenizas de forma espontanea, y como casi siempre ocurre en estos casos, las extremidades quedaron intactas, sin embargo lo más extraño es que las sabanas y los ropajes finos estaban intactos, nada había ardido y sin embargo el cuerpo se había convertido en carboncillo.   Con el paso del tiempo en 1841 el Jornal Medico Londinense informa por vez primera de extraños incendios internos en algunas personas que antes presentaron cuadros de depresión y alcoholismo, en su entorno no se producía ningún tipo de quemazón, solamente el cuerpo, como si el fuego surgiera de adentro hacia afuera a 1650 °C.     ¿Cómo puede arder el cuerpo de una persona que contiene 45 litros de agua?, ¿cómo no ardieron otros objetos cercanos más inflamables como la alfombra o el sillón?, ¿Qué fue lo que le ocurrió a la condesa?, su caso hoy se llama combustión humana espontánea o CHE, y por el momento no se le ha encontrado una explicación satisfactoria ya que normalmente es muy difícil reducir a una persona por completo a cenizas, para ello es necesario mantener la llama durante horas sin parar de echar combustible. Está comprobado que un cadáver mantenido 8 horas en un crematorio a 1100° C aún deja los huesos sin muestras de degradación grave ni quedar reducidos a polvo.     Los crematorios ordinarios alcanzan los 900° C, así que no se reducen completamente a cenizas los cadáveres, quedan los huesos que pasan a un cremoledor que los muele y los deja convertidos en polvo.    Siempre, y en todos los casos, las cenizas resultantes son grises, mientras que en la CHE son completamente blancas, lo que demuestra que las temperaturas son mucho mayores, lo que es bastante calor si tenemos en cuenta que los incendios que destruyen edificios rara vez superan los 250º C.



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