AGUA

¿Puede existir algo más misterioso que el agua? Es increíble que en nuestra vida cotidiana el agua exista en varias formas diferentes: la podemos encontrar de forma líquida, sólida y gaseosa.  Hasta es posible que en el mismo momento puedan existir tres formas diferentes de agua.    Aunque mis colegas puedan explicarlo a base de fisicoquímica para mí eso es un verdadero milagro y es que desde la antigüedad, el hombre ha buscado en el agua efectos curativos a través de las termas o los baños de pureza.    Ocupa casi un 70 por ciento de la superficie de nuestro planeta y nuestro cuerpo está compuesto por más de un 60 por ciento de agua, es decir es como si todo nuestro universo girase alrededor de ella.     Masaru Emoto, Un doctor japonés diplomado y licenciado en medicina alternativa empezó a interesarse por la estructura molecular del agua, recogió muestras y después de someterlas a diferentes estímulos, congeló unas pocas gotas, las examinó bajo un microscopio de campo oscuro y las fotografió.   Los resultados fueron sorprendentes ya que si al agua que se congelaba se la enseñaban mensajes positivos o se ponía música clásica de fondo, la fotografía que se obtenía solía ser blanca, de un color puro y con forma de estrella casi perfecta. En cambio si se le exponía a mensajes negativos o a música satánica las formas se volvían monstruosas y violentas predominando los colores marrones.    Sé que puede ser difícil de creer querido lector que las palabras, la voz, las emociones humanas, la música o hasta el ambiente puedan cambiar la estructura del agua pero quizá sea tiempo de que la ciencia comience a investigar cómo el pensamiento puede afectar a las moléculas y como todo esto puede influir en nuestra vida, esto sería verdaderamente un camino apasionante que no sabemos hasta donde nos llevará.  No es la primera vez que tenemos evidencia de la fuerza de la mente sobre la materia: el pensamiento actuando sobre el mundo, la física cuántica puede tener un fin más profundo demostrando que muchos fenómenos inexplicables se rigen por leyes parecidas a las actuales pero que aún desconocemos.   Mientras eso sucede el agua seguirá siendo un reflejo de nosotros mismos, de nuestra mente, es decir, la contaminación de nuestro entorno o a las catástrofes ecológicas son reflejo de nuestro pensamiento… de nuestro alma. Lo cierto es que el agua termina siendo una consecuencia de lo que hacemos, siempre es un resultado de nuestro actos… de ahí los Tsunamis o las inundaciones.




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