MEDIUMS

Ocurrió hace ya mucho tiempo cuando el espiritismo tenía una fuerza tremenda en Europa. En una obscura sala varios hombres de ciencia examinaban a una joven muchacha completamente desnuda, uno de aquellos hombres apuntando en una libreta aseguraba que ella emitía unos sonidos parecidos a los de una parturienta, la mujer se contorsionaba y abría mucho la boca al tiempo que sus ojos se ponían completamente en blanco. De repente, algo emerge de la boca de la muchacha y uno de los examinadores ya familiarizado con este tema sonríe y dice: ahí está el ectoplasma. Son los años 20 , época en que se creía profundamente en el espiritismo, en el cual se da por hecho que ciertas personas llamadas médiums son capaces de conectar con los difuntos y no solo eso, si no que son capaces de generar a través de diversos orificios de su cuerpo una extraña sustancia, una especie de barro primigenio de color blanco que puede llegar a convertirse en caras o en cuerpos, en entes aparentemente independientes, en este caso de la joven surge una sustancia que le provoca heridas en la comisura de los labios y uno de los doctores ahí presentes comprueba que aquello se mueve, aquella mujer ha expulsado por su boca lo que parece un espíritu o espectro de otro mundo, varios de los asistentes no logran controlar el impulso de salir de ese sitio ya que aquella sala se ha convertido en un lugar de espiritismo, solo dos personas, una de ellas un importante científico catalán José Comas Sola logra tocar aquella sustancia que se mueve en mitad de las baldosas del suelo como si tuviera voluntad propia, parecen varias criaturas. Una mujer de la alta sociedad de Barcelona asegura que por fin ha visto el milagro, lo que tanto le habían contado en otras ocasiones y que nunca había podido contemplar con sus propios ojos, esta delante de un ectoplasma en formación y en cualquier instante esa masa de un tono blanquecino se convertirá en una mano, en un pie o en algo que quizá muestre un mensaje para ella, un mensaje del mas allá pero desgraciadamente para aquella persona y para todos los espectadores de ese fenómeno, se demostró que eran ranas muy pequeñas vivas, capturadas a conciencia e ingeridas de cierta manera para ser expulsadas en un vomito perfectamente calculado envueltas en pequeños trozos de lino esponjoso. En mitad de la noche y de esa obscuridad aquello realmente parecía el vomito de un ser de otro mundo, unas criaturas asombrosas que asustaban, pero solo era un truco burdo y macabro que ahora forma parte de la historia del espiritismo. La mujer había querido impresionar a la ciencia, quería convertirse en la médium que generara increíbles proezas, pero con el tiempo aquellos fraudes acabaron por derrumbar la fe que muchos tenían en poder conectar con seres de otro mundo…



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