EL CASO DEL CABO VALDES

La guardia era tranquila aquella noche en el altiplano cerca del poblado de Putre en el desierto que conduce a la frontera boliviana, mientras siete miembros de la patrulla chilena se guarecían del frio, la temperatura era de dieciocho grados bajo cero. Hacia las tres y media de la madrugada una misteriosa luz apareció sobre el cerro, los soldados cargaron sus armas y apuntaron al intruso mientras la luz iluminaba el entrono como si fuese de día, en aquel momento comenzaba uno de los casos paranormales más importantes de la historia, algo que sigue siendo alto secreto militar para el gobierno de Chile. Al mando de la Patrulla, el cabo Armando Valdez Garrido observa que sus soldados están mirando hacia el cerro en donde aproximadamente a unos 1500 km se encuentra una esfera luminosa que aterriza, por lo que el cabo insiste en ir a investigar con otro soldado para corroborar lo que él creía un aerolito, Pero de pronto la luz apareció se poso sobre ellos lo que causo que los caballos se juntaran atemorizados como si supieran que aquella luz era peligrosa. En ese momento el cabo se aferro a la poca cordura que le quedaba y avanzo gritando: “En nombre de Dios, Identifícate”, como si supusiera que esa luz no era de este mundo. De pronto el cabo desaparece con la luz……. y sus acompañantes solo pudieron ver como su cabo desaparecía enfrente de ellos como si la luz se lo llevara, y a los 15 minutos el cabo cae de una altura considerable, y quedo ileso, lo llevaron a la fogata, lo taparon con una manta, y observaron sorprendidos que le había crecido la barba. Como si el cabo hubiese estado poseído por un momento por una entidad se le escucho decir: “Ustedes no saben quiénes somos ni de dónde venimos pero regresaremos”… El reloj del cabo se había adelantado como una prueba de que viajo a través del tiempo. Según los testigos, el cabo Valdez a las seis de la mañana del 25 de abril de 1977, Se dirigió al poblado de Putre a ver al encargado de la escuela de esta pequeña localidad llamado Pedro Araneda quien escucha la increíble historia y luego Valdez le pide que le acompañe para poder tranquilizar a su gente. En el trayecto el cabo menciona que no recordaba nada del lapso de tiempo en el que estuvo desaparecido. La ambulancia solicitada llega al mismo tiempo que Araneda y Valdez, el profesor constata que la patrulla se encontraba lucida pese a la trasnochada y posteriormente comienza a grabar en cinta magnetofónica las experiencias por parte de los soldados pidiendo que se realice una reconstrucción de los hechos. Al regresar al lugar los soldados sienten mareos y con muchas ganas de vomitar y deciden retirarse. El cabo es llevado en ambulancia en un estado de alteración y comienza a delirar expresando frases como "No me hagan daño...la luz, no me lleven... Los miembros de la patrulla fueron separados y se les prohibió hablar del tema por orden directa del General Pinochet y no se volvieron a ver durante 22 años después, en una reunión con el General, un periodista le pregunta por qué se negaba a responder acerca del acontecimiento de aquella noche a lo que el General en voz baja le responde "Usted no lo va a creer pero los norteamericanos graban todas mis conversaciones".



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